Su gente, puede congregarse en una u otra denominación religiosa, ser librepensadora, vivir una determinada corriente espiritual o filosofía de vida, incluso, declararse definitivamente “atea, gracias a Dios”, pero, en todos y todas, subyace un cierto sentimiento espiritual, que cuando las dificultades se hacen presente, le hace elevar sus ojos al infinito y de manera abierta, fervorosa o “casi’ imperceptible balbucear una oración.
La devoción de la gente del pueblo dominocano, puede estar dirigida desde al Dios todopoderoso de los católicos, cristianos, algún otro culto espiritual con marcada connotación oriental o de la Nueva era, hasta las concepciones mágicos religiosas fuertemente arraigadas en nuestra cultura en vista de nuestra herencia “café con leche”, presente en muchas de nuestras manifestaciones culturales.
Independientemente de ante que Dios o fuerza superior se arrodille el pueblo, lo que si me atrevo a asegurar es que ”La Virgencita de La Altagracia” es una imagen, una corriente espiritual que está presente en mayor o menor grado en la conciencia de los dominicanos y dominicanas.
La devoción de la gente del pueblo dominocano, puede estar dirigida desde al Dios todopoderoso de los católicos, cristianos, algún otro culto espiritual con marcada connotación oriental o de la Nueva era, hasta las concepciones mágicos religiosas fuertemente arraigadas en nuestra cultura en vista de nuestra herencia “café con leche”, presente en muchas de nuestras manifestaciones culturales.
Independientemente de ante que Dios o fuerza superior se arrodille el pueblo, lo que si me atrevo a asegurar es que ”La Virgencita de La Altagracia” es una imagen, una corriente espiritual que está presente en mayor o menor grado en la conciencia de los dominicanos y dominicanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario